Tras tres años de ausencia el Valencia, Riki López regresó para presentar su nuevo disco (¡el séptimo!), Qué harto estoy de ser tan cool. Y lo hizo como mejor sabe: haciéndonos reír con su particular estriptis mental trufado de desternillantes cotidianidades, donde su autenticidad y espontánea torería verbal hacen de cada actuación una experiencia única.
El público entonó sus éxitos de toda la vida y rió a pierna suelta con sus chistes relacionados, entre otros, con la edad. ¡Se nos hace mayor, pero sigue siendo un crack! (eso le dicen sus piernas cada vez que se agacha: crack).